La rivalidad: el ingrediente secreto para alcanzar el éxito
Descubre en esta vertiginosa película cómo Niki Lauda y James Hunt se enfrentaron en un duelo de titanes que les hizo alcanzar la gloria en la Fórmula 1 de los años 70
Lo que la película Rush puede enseñarte sobre cómo gestionar la rivalidad.
¿Alguna vez te has parado a pensar qué porcentaje de tu éxito le debes a tus rivales? El deporte de alto nivel nos ha hecho vibrar con duelos históricos que se han convertido en leyendas. Con rivales que se han ido haciendo grandes los unos a los otros tras cada competición. Por poner un ejemplo, la rivalidad que por años han tenido Rafa Nadal y Roger Federer nos ha hecho vibrar en cientos de ocasiones.
Solo los espíritus grandes pueden darnos grandes lecciones, en el deporte y también en la vida.
Por eso hoy quiero hablarte de Rush, de cómo competir con honor. Y de cómo estos extraordinarios pilotos consiguieron maravillar al mundo entero con su talento y espíritu competitivo, pero también con respeto y admiración mutuos.
Ponte el cinturón, ajusta tu casco y prepárate para vivir emociones fuertes con Rush, esta película que te cuenta cómo gestionar la rivalidad para que tu crecimiento profesional vaya a toda pastilla.
Te aseguro que después del paseo verás a tus rivales con otros ojos. 3, 2, 1… ¡Go!
La historia de dos rivales antagónicos dispuestos a jugarse el tipo (literalmente) por la victoria.
James Hunt, el vividor, el niño bonito de la Fórmula 1, que buscaba emociones intensas dentro y fuera de la pista y perseguía sentirse envidiado y admirado a partes iguales.
Que se olvidaba de todo cuando estaba al volante, porque solo a velocidad de vértigo conseguía valorar su propia vida.
«Cuanto más cerca estás de morir, más vivo te sientes. James Hunt en Rush»
Niki Lauda sentía simplemente que era el mejor piloto de su época y por lo tanto, debía ganar. Competía por el puro placer de competir, con paciencia y método, calculando cada movimiento, arriesgando solo lo imprescindible en cada carrera.
«Cada vez que me subo a un coche tengo un 20% de posibilidades de morir, y jamás voy a arriesgar más de eso. Niki Lauda en Rush»
El vividor, el hedonista Hunt contra el metódico y calculador Lauda. Cabeza vs audacia, en dos rivales con ansias de victoria.
Lecciones de Rush que pueden hacerte redescubrir a tus más temibles rivales (y aprender todo lo posible de ellos)
La rivalidad como fuente de motivación
Niki Lauda y James Hunt eran dos implacables rivales dentro del circuito, pero curiosamente esa rivalidad se basaba en una profunda admiración mutua.
Niki admiraba la capacidad de Hunt para arriesgar, para jugarse la vida en la pista, y quizás por eso su capacidad de vivir y disfrutar cada momento como si fuera el único. Hunt admiraba la autoexigencia de Niki, ese particular carácter disciplinado que le hacía competir de forma metódica, sin apartarse jamás de su plan.
James corría para apurar la vida, y Niki lo hacía evitando la muerte.
La admiración que ambos se profesaron durante años hizo que quisieran ser mejores competición tras competición Clic para tuitearY esta sinergia hizo vibrar al mundo en los años dorados de la Fórmula 1.
«Estaba dispuesto a dejarme la vida con tal de ganarte. Me hiciste llegar así de lejos. Lecciones de rivalidad de James Hunt a Niki Lauda en Rush»
La rivalidad como la mejor terapia de recuperación
El 1 de Agosto de 1976 la vida de Niki Lauda cambió para siempre. En un día de terribles lluvias en el que él mismo rogó sin éxito que la carrera se cancelase, su Ferrari se salió de la pista del circuito de Nürburgring. Se convirtió en un infierno sobre ruedas. Lauda ingresó más muerto que vivo en el hospital, con los pulmones calcinados y quemaduras por todo el cuerpo.
Lo que hizo que siguiera luchando, lo único que consiguió que ni el terrible diagnóstico de los médicos ni la extremaunción del sacerdote le tumbaran, fue ver el avance de su eterno rival Hunt en la televisión del hospital.
«Verte ganar carreras en la televisión del hospital mientras luchaba por mi vida, también te hace responsable de que hoy haya vuelto a competir. Niki Lauda a James Hunt en Rush, la rivalidad como terapia»
Cuando la rivalidad deja paso al respeto y el rival se convierte en alguien admirado
Hay una escena de la película que te recomiendo encarecidamente ver, incluso si no te gusta la Fórmula 1. Es la escena final. Niki ya está retirado de las pistas y está al frente de su propia compañía aérea y Hunt regresa de una de sus fiestas.
La he visto mil veces, y mil veces he vuelto a emocionarme viendo a esos dos titanes desarmados, solo un hombre frente a otro hombre, reconociendo de forma recíproca el esfuerzo y la valía del otro.
«¿Sabes una cosa James? El médico me dijo que tener un enemigo en la vida puede ser una bendición, que el hombre sensato obtiene más de sus enemigos que de sus amigos. Fíjate en nosotros: empezamos siendo nada, con las manos vacías, y gracias a nuestra rivalidad los dos somos ahora campeones del mundo. Niki Lauda a James Hunt en Rush, cuando la rivalidad deja paso al respeto»
Otras enseñanzas de Rush más allá de la gestión de la rivalidad:
Esta es una GRAN película. Cuando la veas, es muy posible que te hayas contagiado de su ritmo vertiginoso, y te hayas dejado llevar por la historia de estos dos grandes guerreros que fueron leyenda de la Fórmula 1.
Pero hay un par de cosas que no quiero que se te escapen, porque creo que pueden aportarte mucho en tu carrera profesional:
La primera es cómo se trata en Rush la claridad en la toma de decisiones:
Después del accidente que casi le cuesta la vida, Niki tuvo terribles ataques de pánico antes de las carreras. Para él, los peores momentos venían cuando las condiciones meteorológicas se complicaban, cuando la lluvia y el mal estado de la pista la convertían en un circuito mortal.
En el GP de Japón de 1976, la oscuridad y un intenso aguacero hicieron que Niki abandonara la carrera tras la tercera vuelta.
Cuando Mauro Forghieri, su director técnico, se acercó a boxes para ver qué pasaba, Lauda le dio una brutal lección, que mostró su grandeza como deportista y su enorme honestidad como persona:
«En la vida, Mauro, hay cosas muchísimo más importantes que la Fórmula 1. Rush, la grandeza de un deportista legendario».
La segunda enseñanza de Rush es una importante lección de autoconfianza:
Niki Lauda volvió a las pistas solo tres carreras después del accidente que casi le cuesta la vida, pero para entonces, Enzo Ferrari ya le había sustituido por otro piloto, el argentino Carlos Reutemann.
En un momento en que ni su patrocinador confiaba en él, Niki no se falló a sí mismo. Sabía que podía hacerlo y lo hizo. Se puso al volante y despachó al argentino terminando en un heroico cuarto puesto que dejando en evidencia así a la escudería Ferrari.
«No es fácil ser un campeón, uno tiene que creérselo de verdad para hacer que suceda. Niki Lauda en Rush».
Hasta aquí el artículo de hoy sobre Rush y la rivalidad como impulso para tu crecimiento profesional, espero que tú también logres hacer que suceda.
Si tu también has visto ésta trepidante película, me encantará leerte en los comentarios.
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