No hay nada que aleje más de la victoria a un jugador que perder su capacidad de disfrutar compitiendo.
«Cuando dejas ir lo que eres, te conviertes en lo que puedes ser»
Lao Tzu.
Sin diversión nada tiene sentido. O dicho de otra forma: al final, la diversión es el único sentido.
No hay nada que aleje más de la victoria a un deportista que perder su capacidad de disfrutar compitiendo (y no solo ganando). Para ser tu mejor versión, tienes que pasarlo bien haciendo lo que más te gusta.
Disfrutar no es casual ni accidental. No ocurre porque sí. Aunque tiene algo de ‘magia’ pues se alinean tres ‘planetas’: cuerpo (técnica), mente (preparada) y corazón (pasión). Sabrás que estás disfrutando cuando no existe ningún lugar donde te gustaría más estar que aquel en el que haces lo que estás haciendo: jugar.
Sin embargo, disfrutar compitiendo no es fácil. Al contrario, debes desarrollar la capacidad de sentirte cómodo ante cualquier situación que suponga un reto y eso no siempre ocurre.
A menudo confundimos felicidad con victoria o éxito, pero esa relación no es del todo rigurosa. La victoria produce (al menos en la mayoría de los casos) felicidad, pero la felicidad no es exclusiva de la victoria.
Podemos sentir felicidad y que, sin embargo, no ganemos. Sentir felicidad incluso cometiendo errores y fallos. La felicidad es intrínseca a la práctica del deporte. Pero la felicidad no puede estar vinculada a que salga todo perfecto. Hay otro tipo de felicidad, más real, más plena, más poderosa.
¿Qué circunstancias o causas pueden alejarte de tu capacidad de disfrutar compitiendo?
Vamos a revisar las principales y sus antídotos naturales transformados en retos mentales:
1.- La primera causa es el aburrimiento o apatía. Hablamos de la ausencia de un desafío que motive a seguir creciendo profesional y personalmente. Para vencer el aburrimiento hemos de aceptar (auto-conocernos) que no somos perfectos y que hay áreas de mejora. Es necesario trazar un nuevo objetivo que permita superarte y mejorar en cada competición: «Never stop training, never stop learning«.
2.- En segundo lugar, la obligación de ganar puede ser también un elemento saboteador. La presión por competir (la que procede de uno mismo y la que procede del exterior) puede consumirte física y mentalmente cuando temes la derrota. Recuerda, ganar no debe ser una obligación y perder no debe ser un fracaso. Cuando lo es, el deporte no se disfruta. Ganar debe ser una motivación. Por ello, es necesario que cuanto antes cambies tu mentalidad y abraces la competición como la oportunidad perfecta para superarte y seguir creciendo.
3.- Estrés por éxito. No hablamos de victorias, sino de éxito. De esa burbuja de emociones que puede sacudirte cuando encuentras reconocimiento y prestigio por el trabajo y los resultados conseguidos. Ojo, el éxito puede convertirse en una centrifugadora que consuma tu energía y te aleje de tu foco. Pues no es el éxito, sino el talento y la mejora continua, lo que debe motivarte. Entrena y confía.
4.- La victoria como único objetivo es otro palo en la rueda de la diversión. Primož Roglič lo sintetiza de forma magistral en esta frase: “Es muy nocivo tener la victoria como único objetivo. Si terminas segundo, estás acabado, no encuentras energías para volver a empezar, y eso te impide encontrar el placer en la preparación, en el camino”.
Un deportista, como cualquier otro mortal, debe disfrutar del viaje. Porque poner el foco en el resultado y no en el proceso es como intentar bailar con una piedra en el zapato. Y si no que se lo digan a Dan Millman, exatleta campeón del mundo y autor de ‘El guerrero pacífico’ (libro y película autobiográficos).
Dan tiene todo lo que desea, pero solo aparentemente. Obsesionado con conseguir el oro, es incapaz de disfrutar con lo que hace y sus expectativas le atormentan. Un accidente sacudirá por completo el mundo de Dan y cambiará para siempre lo que creía que daba sentido a su vida. Si vas algo justo de tiempo, en este artículo te resumo las ideas, frases y enseñanzas principales que puedes encontrar en ambos y que te recomiendo aplicar tanto si eres deportista como si no.
Mi querido imparable ¿cuánto disfrutas del 1 al 10 compitiendo?
Te leo aquí debajo.
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