«Al final, lo más importante es la persona en la que te has convertido, no las cosas que has conseguido.
Les Brown»
Qué es un objetivo y cómo puede llevarte al éxito
¿Sabes qué diferencia hay entre marcarse objetivos y resultados?
Los objetivos y resultados están muy relacionados entre si y es fácil confundirlos.
Por ello, en este artículo quiero sacarte de dudas y explicarte sus diferencias. Descubrirás que diseñar tus objetivos será útil no solo para marcar la dirección que quieres darle a tu carrera profesional, sino para incrementar tu motivación y medir tus progresos.
Así pues, si quieres aumentar tu rendimiento lo primero que tienes que decidir es donde quieres poner TU FOCO.
- ¿Quieres que esté en el objetivo?
- ó ¿Quizá en el resultado?
Aprende la diferencia entre entre enfocar tu mente hacia un objetivo o un resultado
Nadie sabe lo que puede ocurrir en el futuro, hay demasiadas variables que no dependen de ti.
Por mucho que proyectes lo que quieres que suceda no tienes ninguna certeza de que ocurrirá.
Sin embargo, de lo que no cabe duda alguna es de que eres dueño absoluto de tus actos y de tus decisiones para enfocar tu trabajo y tu esfuerzo en lo que quieres y en cómo lo quieres conseguir.
¿Recuerdas lo que hemos visto en los anteriores artículos acerca de qué es un objetivo?
Cuando defines tu objetivo, te haces responsable de él y enfocas todos tus recursos para conseguirlo, porque es tu compromiso, el que TÚ has elegido cumplir.
Los resultados por el contrario no dependen al 100% de ti, ya existen muchas variables que escapan a tu control.
Imagina que quieres mejorar tu marca en 12 segundos este año; puedes plantearte vivir esta meta como un objetivo o como un resultado:
Ten en cuenta que esta elección va a determinar tus acciones, tus emociones y sobre todo, tus progresos.
Si decides trabajarlo como un objetivo, ¡ya sabes lo que toca!:
Tendrás que definirlo muy bien, e identificar si es realista, retador y alcanzable, y además alinearlo con los objetivos de tu propio equipo si esta es tu disciplina.
Diseñarás un plan de acción analizando pros y contras y harás todo lo posible para llevarlo adelante, utilizando tantos recursos como tengas a tu alcance.
Y lo más importante es que durante todo este proceso aprenderás de los éxitos y de los errores y avanzarás en tus objetivos con paso firme y estrategia, midiendo y ajustando tu plan de acción si así lo necesitas.
Puedo asegurarte al 100% es que si te enfocas en perfeccionar cada uno pasos del proceso los resultados estarán garantizados.
Descubre cómo cambian tus emociones al enfocar tu mente hacia un objetivo o un resultado
Cuando estás orientado a tu objetivo, tu estado de ánimo cambia por completo: sientes la ilusión, las ganas, la pasión por conseguirlo y das lo mejor de ti para lograrlo.
Si no lo consigues, habrás aprendido muchísimo en todo el proceso y estarás mucho más preparado para enfrentar nuevos retos, sean del tipo que sean y esto lo veo cada día con los deportistas con los que trabajo.
Sin embargo, cuando el foco está en el resultado entonces, se generan sentimientos de angustia y preocupación ante la posibilidad de no conseguirlo y el estado de ánimo con que enfrentan los retos genera una enorme presión.
Aparece el diálogo interior negativo, el miedo (si no consigo bajar a 12 segundos perderé los patrocinadores, no conseguiré el récord de España, tendré que abandonar…) y esa sensación de angustia termina convirtiéndose en un bloqueo difícil de superar.
Los nervios que sientes por “tener que” lograr tu meta, son un rival más contra el que competir.
Si no has trabajado cómo gestionarlos, si no tienes previsto cómo adaptarte a tus bloqueos, se convertirán en una losa difícil de llevar.
¡Y con una losa tan enorme a la espalda será muy difícil bajar tu marca a esos 12 segundos que te has propuesto!😉
El horizonte de posibilidades que tienes a tu alcance depende de tu estado de ánimo; no es lo mismo situarse ante un reto con ilusión que con presión y angustia.
Si tienes claro qué es un objetivo y todo lo que tienes que hacer para que nada te impida conseguirlo, te estarás adelantando a todas estas dificultades y sabrás anticipar las soluciones que necesites.
Recuerda que los mejores estrategas de la historia ganaron sus batallas poco a poco, con un plan de acción imparable y mirando muy lejos en sus mapas.
Y ahora que ya hemos dejado del todo clara la diferencia entre un objetivo y un resultado, ¿te apetecería contarme qué tienes en mente, qué te propones conseguir?
¡Quizás pueda darte algún consejo extra!
Que tengas una feliz semana,
Mónica.
Deja un comentario